Artículo de «El Blog del Tordu» – Periódico cultural y patrimonial de Asturias – APE
En la memoria colectiva de Oles, la aldea azabachera del concejo de Villaviciosa, el nombre de José Noval y Noval resuena todavía como símbolo de éxito, arraigo y transformación. Su vida, marcada por la emigración, la fortuna y el retorno, encarna como pocas la historia de los llamados indianos, aquellos asturianos que cruzaron el Atlántico en busca de prosperidad y que, al volver, dejaron huella en su tierra natal.

De las minas de azabache a Colombia
De adolescente se instaló en Oles junto a varios de sus hermanos. Allí conoció la dureza del trabajo en las minas de azabache, un material precioso que durante siglos dio identidad y sustento a la zona. Sin embargo, el agotamiento de este recurso y la crisis del sector les empujaron a emigrar. El destino elegido fue Pasto, en Colombia, donde José y sus hermanos levantaron un próspero negocio de sombrerería que les dio la fortuna con la que soñaban miles de asturianos de la época.
Amor, familia y retorno
En Oles había conocido a María Rosales Rivero, con quien se casó años más tarde. La pareja no tuvo descendencia propia, pero adoptó a dos sobrinos, Valentín y Alicia, a quienes llevaron con ellos a América. Tras años de esfuerzo y éxito, José decidió regresar a su tierra.
Su retorno no fue discreto: quería dejar una huella visible y duradera en el lugar que lo había visto crecer.
El Xalé: orgullo indiano en el corazón de Oles
En 1914 mandó construir El Xalé, una casa de arquitectura indiana que aún hoy destaca en el paisaje de Oles. Rodeada de jardín, con cuadra o caballerizas, hórreo, llagar y vivienda para los criados, la residencia se convirtió en el único ejemplo de este estilo en el pueblo y en símbolo del poder de los indianos que, tras triunfar en América, regresaban con una visión diferente del mundo.

Un alcalde con mirada local

Pero José Noval no se limitó a levantar paredes. Como alcalde de Villaviciosa utilizó su influencia para mejorar las infraestructuras de su parroquia. A él se debe la célebre “recta del Gobernador”, tramo de carretera que facilitó las comunicaciones de Oles y que recibió ese nombre por la presencia del gobernador de Oviedo en su inauguración.
Legado y memoria
José Noval y Noval murió en 1927 y fue enterrado en el cementerio de Oles. Su historia se recuerda hoy no solo en la imponente silueta de El Xalé, sino también en las celebraciones locales como el Mercáu Tradicional de Oles, donde su figura aparece una y otra vez como ejemplo de orgullo comunitario.
Más de un siglo después de su regreso, José Noval sigue representando la dualidad de tantos indianos: la necesidad de partir y el deseo de volver; el sacrificio en tierras lejanas y la recompensa en la patria chica.
Oles lo honra como uno de sus hijos más ilustres, aquel que, con visión y generosidad, supo transformar su pueblo en un lugar con memoria y futuro.
