Artículo de «El Blog del Tordu» – Periódico cultural y patrimonial de Asturias – APE

Podríamos catalogar en tres las épocas de esplendor del azabache asturiano: Edad Media (con el explendor confesional católico centrado en el culto a Santiago Apóstol), época barroca (centrada en la exportación de azabache a los «gallegos» de las colonias y excolonias americanas como Cuba) y, ulteriormente, una tercera (y última) etapa donde brilla el azabache de Oles que guarda como pilar la exportación del azabache a la nobleza inglesa.

La tercera época de esplendor del azabache asturiano comenzó a mediados del siglo XIX y se extendió hasta principios del XX, un periodo marcado por una masiva exportación de este mineral hacia Inglaterra. En el Reino Unido, los artesanos azabacheros valoraban el azabache asturiano tanto por su alta calidad como por su bajo precio. Durante siglos, el azabache inglés, extraído de las minas de Whitby, Yorkshire, había sido considerado el mejor del mundo. Sin embargo, a finales del siglo XIX, su productividad y rentabilidad disminuyeron debido a su mayor dureza, que complicaba su trabajo, y al elevado costo de extracción ligado al nivel de vida británico, mucho más alto que el español. Estas circunstancias llevaron a una importante demanda de azabache asturiano, considerado una alternativa más accesible y manejable, aunque con propiedades físicas similares al de Whitby.

Entre las minas asturianas, la mina de Oles destacaba por su azabache de calidad excepcional, que pronto se convirtió en un recurso indispensable para los mercados británicos. Arthur Lovelace, vicecónsul inglés en Gijón, desempeñó un papel crucial en este periodo al gestionar la producción de este mineral con gran habilidad. Gracias a los permisos de explotación y a los precios competitivos que ofrecía, Lovelace aseguraba un flujo constante de azabache asturiano hacia Inglaterra, contribuyendo así al auge del comercio internacional de este material.

Pieza de Azabache elaborada por la artesana Begoña Gutiérrez Fombella «Keka»

A pesar de estos cambios, en Oles persistió una familia de mineros independientes, los Noval. Encabezados inicialmente por Bartolomé Noval Montes y continuados por su hijo Tomás Noval Solar y su nieto Tomás Noval Barredo, esta familia se dedicó a la extracción y suministro de azabache a artesanos asturianos y gallegos. Su legado perduró a lo largo del siglo XX e inicios del XXI. Tomás Noval Barredo, conocido como «el último minero del azabache», mantuvo viva la tradición incluso en sus últimos años. Con más de 80 años, se le veía diariamente en la mina buscando filones y extrayendo el mineral para abastecer a sus amigos artesanos.

Sin embargo, a partir de 1925, la demanda de azabache asturiano comenzó a declinar drásticamente. Este cambio fue el resultado de una abrupta transformación en las tendencias estéticas de la moda europea e inglesa, que llevó a la desaparición del azabache como material de uso popular. Entre 1923 y 1925, todas las minas asturianas cerraron, salvo la de Oles, donde los Noval continuaron una modesta producción que compaginaban con actividades ganaderas.

En 1938, Tomás Noval Barredo asumió la gestión de la mina familiar a los 17 años, reemplazando a su abuelo y a su padre. Durante décadas, fue el único productor de azabache en Asturias y España, hasta su fallecimiento en 2008 a los 87 años. Con su muerte, expiró también el permiso de explotación minera que había sido transmitido de generación en generación desde los tiempos de su abuelo. Así, en 2008 cesó toda actividad extractiva legal en la mina de Oles, marcando el fin de una era para el azabache asturiano.

Hoy, la mina de Oles permanece como un testimonio silencioso de este pasado esplendoroso. Aunque ya no se extrae azabache de sus entrañas, su memoria perdura en la tradición artesanal y en los recuerdos de una familia que dedicó su vida a preservar un símbolo tan característico de la historia y la cultura asturianas.

Aún con ello, un grupo de artesanos maliayos se resisten a abandonar esta humilde tradición tan arraigada a nuestro pueblo. A destacar «Keka» -Begoña Gutiérrez Fombella- (una de las últimas trabajadoras de azabache artesano que quedan en Oles).

No podemos finalizar este artículo sin hacer mención a José Noval y Noval, quien trataremos en futuros artículos, que llega a Oles para asumir la gestión de algunas minas de azabache y que construye el llamado «Xalé», siendo además alcalde de Villaviciosa y el principal culpable de la construcción de la llamada (e importantísima) recta del gobernador.

Tumba de Tomás Noval y Noval en el cementerio de Oles

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